La manipulación ideológica ha sido el
componente esencial para desviar el papel fundamental de la lucha hacia la
construcción del Socialismo en el continente latinoamericano. Y es que la
academia envuelta en aires “post” y “neo” modernistas, acrecienta su enfrentamiento
con el marxismo leninismo e invoca a sus intelectuales inorgánicos a
plantearnos una renovación del marxismo, una vía “democrática” al Socialismo,
desvirtuando el papel que la lucha de clases y la toma del poder por la clase
obrera que cimenta las condiciones necesarias para un proceso revolucionario.
Y es así como la socialdemocracia, que no tiene
intenciones de radicalizar estos procesos progresistas, invita a sus
intelectuales como Martha Harnecker o Heinz Dieterich, para confundir los
sectores políticos y estudiantiles, presentando argumentos liquidacionistas
sobre la experiencia del Socialismo en el siglo XX y sus propuestas
revisionistas sobre una alternativa y una renovación de las izquierdas;
alejadas del papel fundamental de los partidos revolucionarios y comunistas y
apegada al desenfreno del voluntarismo de las organizaciones sociales y las
ong´s de izquierda, nacidas al calor de un instante de convulsión social, como
plataforma final en la construcción del poder popular, pero sin direccionamiento
ni resultado a largo plazo y buscando un alejamiento con el proyecto político
de la clase obrera.
Aquellas recetas de cómo hacer la revolución, han
tratado de martillar en la conciencia de los revolucionarios y revolucionarias
para desviar su lucha contra el capitalismo y el imperialismo, y nos quieren
imponer un programa socialdemócrata antes que impulsar un proyecto que
radicalice las condiciones de lucha existente en el continente. De ahí el duro
golpe desde las esferas intelectuales para despotricar contra el comunismo y
desde los sectores políticos para golpear, dividir, y manipular a la clase
obrera y los sectores campesinos.
Son estos mismos sectores que en su algarabía
de posicionarse en el poder, pactan con la burguesía, acaparan la atención de
sectores descompuestos que fueron parte de la otrora izquierda y se han
alineado para atacar y destruir al Partido Comunista del Ecuador, tratando de
dividirla, de crear una amorfa organización paralela; son estos sectores que
muy poco hablan de fortalecer el papel político de los campesinos de las costa
y de la sierra, de los estudiantes secundarios, de los universitarios, de los
artistas. Son aquellos sectores oportunistas que se envuelven dentro de los
cocteles académicos para hablarnos y engañarnos sobre un nuevo marxismo y así detener
la lucha de las masas, de los sectores sociales, para que sus mecenas hagan
creer que la única lucha que se tiene que dar debe de ser desde el campo
electoral y no desde la lucha de clases. Son estos sectores “revolucionarios”
que solo intentan crearle una máscara al capitalismo y defender los intereses
imperialistas. De ahí que el Ecuador está en momento de definiciones políticas;
o este proceso avanza a su radicalización y a crear las condiciones existentes hacia
el Socialismo o el proyecto político involuciona y retrocede hasta ser cooptado
por la burguesía.
Miguel Cantos Díaz
Secretario Nacional de Organización
Juventud Comunista del Ecuador